
!concha tu madre¡dijo con un jadeo que sonaba como un silbido por la ausencia de un diente en su boca sangrante; tenía la cara pálida y el sudor coronaba su frente, mientras la tarde caía por todas partes inundando sus ojos de tristeza, !concha tu madre¡Quieres matarme haslo, cobarde, !conche tu madre¡; y comenso a llorar como un niño acurrucado sobre el suelo, tratando de taparse la cara con las manos atadas. Que te hice yo, puta madre, mañana es mi cumpleaños, no me mates