viernes, 13 de abril de 2007

no se de donde saque esto pero es muy paja =P

Historia de un fotógrafo ciego

En la estación del metro de la calle catorce en Manhattan, hace unos años era común ver la diaria aparición de un hombre con bastón acompañado por un perro lazarillo. El rasgo curioso era que junto con el bastón y el perro ese hombre llevaba siempre colgada del cuello una cámara fotográfica. A veces tenía, doblado debajo del brazo, el periódico del día. Aquel personaje solía bajar por las escaleras, esperar el convoy y sentarse luego en el asiento reservado para las personas discapacitadas.
- Cierta mañana de verano un policía vestido de azul, quien conocía bien el supuesto mundo de los ciegos pues años atrás su madre había perdido la vista en un accidente, decidió seguir los pasos del hombre de la cámara que pasaba todos los días a la misma hora caminando ayudado por un bastón. Esperó que entrara en la estación y descendió detrás de él. Abordó el mismo vagón. El hombre ciego tomó asiento y minutos después desplegó el NEW YORK TIMES delante de sus ojos. Esa señal bastó para que el policía se le abalanzara, lo esposara y pidiera refuerzos por su radio. El perro ladró pero no atacó al policía. Antes de poder mostrar su carné de ciego, el hombre de la cámara fue acusado de aprovecharse de la desgracia ajena y de burlarse de la buena fe de los ciudadanos honestos. Por lo violento de la aprehensión pareció como si el policía buscara hacerle pagar a ese impostor el universo de tinieblas en el que estaba sumida su madre. Aterrado, el hombre que se encontraba inmovilizado en el suelo alcanzó a decir que había abierto el periódico con el fin de leer la cartelera cinematográfica para poder ir después con su novia al cine.
- Los domingos por la tarde, es habitual que en Washington Square artistas improvisados realicen presentaciones al aire libre. Después de las tres se podía apreciar a una mujer mimo, quien luego de una hora de actuación recogía en un sombrero puesto en el suelo el dinero que le dejaban algunos curiosos. La mujer siempre llegaba junto a un hombre ciego que lucía sobre el pecho una cámara fotográfica. Acudían al parque con un perro lazarillo. Era un labrador dorado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario